domingo, 14 de mayo de 2006

eL BoRricO dE Mi aBuELo


resulta que el otro día el abuelo se arrancó por coplillas y empezó a cantar una canción que iba de un minero que no tenía miedo de nada, y que le gustaba mucho ser minero.

le pregunté al abuelo que quién cantaba esa canción tan rara pero tan bonita. y me dijo que un señor que se llamaba antonio molina pero que ya había muerto. que ya no quedaban cantantes ni artistas como él, ni hacían canciones como esa, que valieran la pena, que ahora todas las canciones hablan de amor entre chicos y chicas.

yo le pregunté si era música creative common, pero el abuelo me dijo que no, que ese tipo de música moderna del chunda-chunda no se cantaba antes.

así que yo me puse con el emule y le di para que se bajara el disco de antonio molina y la canción del minero. que luego resulta que hablaba también de presidiarios y emigrantes.

luego se lo puse al abuelo, porque sabía que le iba a hacer ilusión. y nada más ponerlo en la minicadena, el abuelo vino "corriendo" (es que con una tripa del tamaño de un barril de cerveza no sé si se puede decir así) y me dijo que de dónde había sacado esas canciones, que dónde las había comprado.

yo le contesté al abuelo que me lo había bajado con el burrito. "¿Qué?" me dijo el abuelo, y me lo hizo repetir tres veces, hasta que a la tercera se lo dije bien alto y al lado del sonotone: "¡QUE ME LO HE BAJADO CON EL BURRO, ABUELOOOOOOO!"

el abuelo me mandó que dejara de mentir, que estaba muy feo a mi edad, que cómo iba a traerlo con un burro, que no era tonto porque se hubiera criado en un pueblo, y que para empezar no había visto un burro en madrid desde que había llegado (¿seguro, abuelo?), y que para terminar en este piso tan chico no cabía ningún burro.

yo estaba buscando mi chupete porque se me estaba cayendo la baba de lo flipada que me estaba quedando. pero abuelo, ¿cómo no vas a ver un burro en madrid, si hay muchos? y encima cuando le dije que había uno en cada ordenador, me pidió que no le tomara por tonto, que aunque él no entendía de ordenadores ni de esas tecnologías modernas, sabía perfectamente que los ordenadores todavía no hacían burros.

y yo que los burros de los ordenadores servían para bajarse cosas, como libros, videos, músicas, pelis... y el abuelo que los burros de toda la vida servían para subir más que para bajar muchas arrobas de patatas, "acarriar" basura y subir encima de ellos, que para cuestas arriba quiero yo el burro, que las cuestas abajo yo me las subo (es que el abuelo siempre dice canciones sin cantarlas, de vez en cuando, como frustrado por no poder ser ricky martin).

abuelo, que no te enteras, que hay algunos archivos del burro que pesan mucho también, pero que las arrobas son para el correo electrónico. y que si quieres subir algo al burro también puedes, para compartirlo con la gente. y el abuelo que el cartero no llevaba las arrobas de patatas a ningún correo, y que cómo va a compartir por la cara lo que te ha costado sangre, sudor y lágrimas, que parecía mentira que fuera tan pequeña y tan comunista y roja. pero el que se estaba poniendo rojo era el abuelo. yo lo único que hacía era desgastar el chupete y pensar si sería apropiado llorar o no.

¡y de repente, coge y el que se pone a llorar es el abuelo! que yo no sabía que hacer, porque no se había dado cuenta y se le había caído la dentadura al suelo, y se le estaba cayendo el piercing (un moquillo de esos transparentes que te cuelgan de la nariz en los momentos emocionalmente difíciles).

entonces llegaron papá y mamá (la abuela estaba en misa) y se encontraron con el abuelo quitándose el chupete que yo le había puesto en la boca a ver si así se callaba, como me hacían a mí, a mí de pie sosteniendo la dentadura del abuelo, y sonando a toda pastilla el "soy mineroooo y templé mi corazón con pico y barreeenaaaaa".

yo no sabía que el abuelo era muy moderno y entendía de burros, pero tampoco sabía por qué decía cosas tan raras.

ahora el abuelo no quiere ni oir hablar de antonio molina. pero le pongo al koala, que habla del que va a hacer un corral, y de oficios, como en las canciones del antonio molina, como el de capaor, trampero, cabrero u obrero de la construcción, y parece que se consuela porque le recuerda a sus tiempos jóvenes. y es que esto del abuelo debe ser la distancia generacional esa de la que hablan.

4 cosas que dice la gente:

Anónimo dijo...

Qué bien se ha desarrollado el asunto de las arrobas :DDD

La escenita final es para foto, ¡qué bueno!.

Ha quedado genial la historia. Chupetina esta vez se merece doble ración de chuches :D

Anónimo dijo...

!Tu genialidad no para! Cada día te superas a ti misma. Un beso,
niness

Anónimo dijo...

A los abuelos hay que tratarlos bien. Son como niños, pero que se cabrean cuando se lo dices ;)

Anónimo dijo...

Chupetina sigue por mucho tiempo creciendo este blog! me encantan tus historias jajaja muy tremendas!

Saludos

Barcelona =)