sábado, 11 de febrero de 2006

mI ProFe sE PoNE raRa


los viernes me gustan mucho, porque además de que al día siguiente ya no hay cole, hacemos plástica, que es hacer cosas de manualidades, pringarnos de pintura, pegamento y lo que queramos, sin derecho a que nos regañen. y además, no tenemos que hacer fichas ni aprender más canciones tontas, que son peores a veces que las de los teletubbies.

este viernes había que hacer un collage. collage significa que coger un montón de cosas que no valgan y que te encuentres por ahí tiradas (pañuelos, piedras, chuches pisoteadas), las juntas, y intentas hacer un cuadro de algo.

a mí me mola mi familia, así que le pregunté a la profe que si podía hacerla, y me dijo que le parecía una buena idea. me tiró un montón de tiempo hacerlo, porque el pegamento de barra no va bien para las piedrecitas, ni las gomas del pelo sucias, pero sí para el papel que había tirado por el cuarto de baño, que tenía unas manchas muy chulis. luego le puse detalles propios originales, como un moco superredondo que conseguí hacer, que nunca me había salido antes tan bien. cuando terminé lo miré de lejos, y me pareció que ya le gustaría a gaudí haber podido hacer algo así. entonces me fui corriendo a enseñárselo a la profe, no sea que algún niño me quitara la idea y se copiara, porque son unos copiotas en mi clase.

la verdad es que la profe no fue muy objetiva, que a veces yo creo que tiene el síntoma ese del maestro que se siente aventajado por el alumno. estuvo así como mucho tiempo guiñando los ojos y haciendo muecas mientras miraba mi collage. y cuando le pareció bien, me dijo que qué era eso verde que estaba entre el pelo que le cogí a katia, y la miga de pan masticada. yo le dije que era una secreción nasal perfectamente redondeada (que es lo que dice papá cuando mamá le pega un grito por meterse el dedo en la nariz) y la profesora se puso un poco blanca, y me dijo que era una cochina, y que le explicara qué había en el collage, porque no entendía nada. y estaba ya como poniéndose un poco nerviosa.

entonces yo le dije tranquilamente que lo del moco era un ojo de la cara de papá, que como tiene los ojos verdes, pues era mejor que pintarlos. la profe se quedó mirando el dibujo fijamente. como la vi interesada, pues yo le seguí contando. mamá era la del mechón de pelo de katia, que como siempre dice que la tomamos el pelo (que es mentira, que a mí no me gusta comer pelo) pues se lo puse a ella, luego le pinté con pintura de dedos unas mechas rosas, para que fuera moderna.

luego dibujé al abuelo, que le puse una nariz con lo que sobra de los lápices cuando les sacas punta, así que parecía cyrano de bergerac, pero es que el abuelo tiene una pedazo de nariz que no veas. y luego le pinté cosas negras, que son los pelitos de la nariz, que se le ven un poco. al lado dibujé a la abuela, que le hice unos dientes superchulos con los trozos de dodotis de los más pequeños que encontré por ahí.

yo flipaba, porque veía que la profe estaba ahí, alucinada, sin hacer nada la tía. así que le dibujé la guinda final, que había hecho una barba con la miga de pan masticada (que estaba muy rica, y no veas lo que me costó no comérmela y luego secarla de las babas). y es que ese era Dios, que como mi abuela dice que está siempre con ella, pues le he dibujado al lado. de túnica le puse el papel que me encontré en el baño y, bueno, que como yo creo que el Dios es el mismo para todos (o eso dice la abuela), al lado le había pegado una cruz, una media luna y una estrella de david, todo con papel charol. la mar de majo todo.

entonces la profe llevó la mirada esa rara que tenía desde mi collage a mi cara. y vi que su cara ahora podría ser también un bonito collage, porque no se podía saber muy bien qué era lo que sentía. además que no hablaba.

y no sé si es que tuvo una parálisis en la lengua o qué, el caso es que empezó a mover la boca muy deprisa sin decir nada. luego me cogió de la oreja (hala, ahí, como los antiguos, como si se pudiera maltratar así a una niña de cuatro años de hoy en día), y me llevó por todo el colegio enganchada y con la cabeza torcida hasta el despacho de la directora. luego le enseñó el dibujo-collage haciendo muchos aspavientos y moviendo mucho la boca pero, claro, la pobre no se debía de dar cuenta de que no le salía la voz.

el caso es que yo salí con mi collage tan contenta porque la directora me mandó a clase otra vez. pero el lunes, cuando volvimos al cole, no entró la profe, sino avelino, el profe suplente, que nos dijo que la profe estaba muy malita, y que no iba a poder venir esta semana.

pobre profe, espero que no se emocionara demasiado con mi sensibilidad artística para el collage, porque le voy a hacer otro como regalo, para que se mejore.

5 cosas que dice la gente:

Anónimo dijo...

Que fuerte las cosas que escribes para hacerte la niña pekeña. ¿Has sido aluna vez pequeña? Porque flipo contigo tia. Si tu haces esas cosas, has tenido una infancia muy triste

Anónimo dijo...

Por lo de las fotos : No me gustaría ser de tu familia, si tienes tan mal gusto. Sar@

Anónimo dijo...

Soy profa y digo que la realidad supera a la ficción. Señores, atense los machos.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Muy bueno, muy bueno.

He hecho un link desde mi blog hasta el tuyo porque me parecía interesante este blog (lo conozco a través de 20minutos.es.

No te importa no?

Un saludo