domingo, 5 de febrero de 2006

uN DÍa eN El ceNtRo CoMErcIAl


el sábado es el día del centro comercial, mola porque me compran chuches, como pizza y veo una peli. pero no mola porque mamá se está parando todo el rato en los escaparates, papá de mal humor y parándose en las tiendas de ordenadores, y no hay columpios.

mamá se había puesto muy guapa, con un montón de joyas, que parecía un poco árbol de navidad, y los zapatos de punta y tacón que luego le hacen juanete. papá se había puesto unos vaqueros con un jersey (o una chompa, que mola más) y una camiseta. mamá prefería que llevará una camisa decente, en vez de la "camiseta gualtrapa esa". pero papá a veces se vuelve más sordo que la abuela.

mamá me quería poner el vestido rosa con los leotardos rojos y los zapatos que se me salen. no me dejaba ir con pantalones porque, según ella, ya iba siendo hora de que fuera una niña como dios manda. yo no sabía que dios mandaba cómo tenían que ir vestidas las niñas de cuatro años cuando van a los centros comerciales. pero yo creo que mamá a veces se inventa las cosas que dice dios porque la interesa.

ir al centro de madrid desde la urba, no es muy divertido, porque siempre hay mucho atasco. pero lo guay es que puedes hacerles caras y cosas feas a los de los otros coches, y no pasa nada. a veces incluso se ríen, los muy tontos. luego el chollo se acaba cuando llegas al centro comercial y nos metemos en el garage. papá se cabrea porque no encuentra nunca sitio, y porque mamá siempre está encontrando sitios que no valen para nada, y porque yo, de tanta vuelta, a veces me da por echar todo lo que lleve en la tripa. y eso no le gusta a papá, que a veces yo creo que quiere a su coche más que a mí.

primero fuimos al telepizzeria, pedimos las pizzas y tardaron un montón en ponerlas, que hubiera salido más rápido que las hubiéramos pedido por teléfono y que nos las llevaran al ascensor del centro comercial. fue muy divertido porque yo me fui con unos niños que estaban de cumple, y nos pusimos a correr por todos lados, y a hacer concurso de gritos, y a tirarnos servilletas y trozos de pepperoni. papá y mamá querían irse, pero yo me hacía la sorda, como hace papá. se me manchó el vestido y se me perdió un zapato, porque se me salían y me los quité para poder correr a gusto. lo malo es que se me pegó un trozo de pizza de maíz con piña en el pie.

mamá me agarró del brazo en una de esas que iba corriendo, me limpió el pie, me puso los zapatos (a saber dónde los había encontrado, porque estaban mojados y no sé de qué) y me pegó un par de azotes. así que me enfadé con ella y le agarré de la mano a papá. eso sí, le dije a mamá que de mayor yo iba a tener un trauma por su culpa, por pegarme, y que ya podía ir ahorrando para pagarme el psicólogo. luego me escondí detrás de las piernas de papá y seguimos andando.

fuimos a comprar las entradas del cine y me asusté un poco porque había mucha gente esperando. estuvimos un buen rato de pie, y eso que todavía faltaba media hora para que empezara la peli. a mí se me cansaban ya las piernas, tenía los zapatos empapados de algo pegajoso, y restos de maíz que me hacían daño. así que empecé a llorar otra vez. pero mamá, que estaba cabreada porque no había podido mirar tiendas, me pegó otro azote, y me puse a llorar más fuerte. entonces la gente de la cola empezó a mirarnos, y yo seguí llorando muy fuerte, porque me sentía muy cansada y muy indignada por el azote. y mamá me dio otro y me dijo que si no me callaba, me quedaba si cine. me dio igual, porque no era cuestión de parar a estas alturas de la película, y lloré más fuerte todavía. entonces una señora que estaba detrás de nosotros le dijo a mamá que por qué me pegaba, que así me estaba educando en la violencia y que si no sabía nada de los derechos de los niños. yo, por si acaso seguí llorando. mamá se volvió y le contestó que ella qué sabría, y que no iba a aceptar consejos de una señora cuyo hijo estaba tan a gusto ahora pegándole patadas al vigilante de seguridad.

entonces otro chico joven que había por allí se metió con un "es usted una bestia, señora" y mamá le miró y le dijo que no se metiera, que bastante tenía ya con una cría. un abuelo dijo que no le extrañaba que los niños salieran delicuentes, si de pequeños no hacen otra cosa que pegarlos sin ton ni son, y le levantó el bastón a mamá. yo ya lloraba un poco más bajito, porque veía que esto se estaba poniendo raro. una señora así, como alternativilla, le dijo a mi madre que deberían hacerle un test mental a la gente antes de permitirles tener hijos, y mi madre la llamó nazi de mierda y casi se pegan.

en esas estábamos, cuando el vigilante de seguridad llegó, vió, y venció, porque nos cogió y nos llevó a otra taquilla más escondida. le dijo a mi madre, mientras se frotaba la espinilla con la mano, que estaban consintiendo demasiado a los niños de hoy en día, nos regaló las entradas porque conocía a la taquillera, y se fue a calmar a la gente de la cola, que seguía discutiendo y hablando sobre la educación infantil actual.

después, en la peli, papá le metía codazos en el hígado a mamá para que no se durmiera, yo comía palomitas, y sorbía cola-loca, que es lo que suele pasar cada vez que vamos a ver una peli. luego salimos del cine esquivando las palomitas y vasos extra-gigantes de bebida que había por el suelo y los asientos, y nos fuimos a casa. mamá no me dio las gracias ni nada por la peli que habíamos conseguido ver gratis gracias a mí.

encontramos a los abuelos tan tranquilos viendo la tele. pues no saben lo que se han perdido en el centro comercial, que nos salieron hasta las entradas del cine gratis y todo. para que luego digan que todo es consumismo.


1 cosas que dice la gente:

Anónimo dijo...

Esta niña es digna hija de sus padres.