pLáN dE lä mUêRTë dÈ lOs hUmÒs mALvädÔs

resulta que en estas vacaciones he aprendido mucho. al parecer, en algunos países del mundo está prohibido fumar en los bares. eso mola, porque si papá y mamá quieren beber una cerveza, ya no me tengo que tragar el humo del puro del señor gordo, o lo que echa el cigarro de la de al lado.

yo creo que aquí en españa se podría hacer lo mismo. porque al final, aunque los señores políticos hayan sacado las leyes para no fumar, no se nota mucho, porque en todos los bares se sigue fumando.

así que cuando volvimos a madrid, decidí poner en marcha mi plan. ayer el abuelo me llevó al parque, como algunas mañanas, y después se fue al bar, a ver a los amigos, como dice él (aunque sus amigos no son como los míos, son más viejos, y no juega con ellos a correr, sólo hablan y huelen un poco mal). y, claro, cogió uno de ellos y se encendió un cigarro de esos que me sueltan todo el humo en la cara. así que decidí atacar.

como siempre, el abuelo me dijo que de qué quería el zumo. y yo le dije que no quería zumo, que quería una pocacola, porfi, porfi, que ya sé que mamá y papá no me dejan, pero que fuera sin cafeína de esa y ya está, que ya era hora, que me estaba haciendo mayor de casi cinco años y tenía derecho. al abuelo le hizo gracia y dijo que vale. así que cuando me pusieron el vaso, me lo bebí todo de un tirón casi. uno de los amigos del abuelo, que era un poco burro, dijo algo así como "coño con la cría, se ve que tenía sed". y es que el pobre no sabía la que se les venía encima.

así que cuando pasó un poco de tiempo, cogí y me tiré un pedo gordo, de esos que suenan mucho, que son como un tornado de peli americana, y que encima huelen a bomba fétida y que marchitan las margaritas. como soy bajita todavía, tenía miedo de que no subiera hasta su nariz. pero la profe tiene razón, y el gas siempre va para arriba.

así que en cuanto los amigos del abuelo se empezaron a mirar raro entre ellos y a poner caras más arrugadas todavía, supe que mi pedo les había llegado al corazón. el que estaba fumando, dejó de aspirar tanto el cigarro, porque mi pedo se le metía junto con el humo también hasta más allá todavía del corazón. a mi me daban pena los que no fumaban, pero en cuanto te acostumbrabas al olor, ya ni se nota. además, los pedos son muy sanos, no contaminan como el humo del cigarro, y es necesario tirárselos, porque si no la gente se puede inflar como un globo y estallar y dejarlo todo lleno de intestinos y sangre antes de que llegue la ambulancia antipedos y te lleve al hospital.

olía tan mal, que el señor camarero, que es muy majo porque siempre me da alguna chuche, se puso a echar ambientador como un loco. y eso es raro, porque siempre que le decíamos que a ver cuando hacía algo con los baños, que olían fatal porque no tenían ventanas, decía él que los limpiaba todos los días, que los ambientadores eran una mariconada, y que los que los manchábamos éramos nosotros. así que como se veía que la cosa era grave, el abuelo me cogió de la mano y nos fuimos corriendo, y volvimos muy pronto a casa.

hoy por la mañana, he ido con papá y mamá en el metro al retiro. y aunque está prohibido fumar dentro, una niña mayor ha encendido un cigarro y se lo ha empezado a fumar ahí mismo. yo esta vez no tenía pocacola, así que apreté muy fuerte la tripa a ver si salía algo. al principio nada, que hasta me dolía el ombligo y todo. pero luego, después de ponerme hasta roja, salió lo gordo. resulta que este no se oyó, pero yo noté cómo salía en forma de gas, estilo golpe mortal de pokemon guay.

como pasó en el bar, mamá y papá pusieron caras raras, así que supe que ya había llegado el aire a la altura correcta. y cuando llegó a la niña mayor, ella se movió un poco más lejos. pero yo la seguí despacito para que se viniera el pedo conmigo (al fin y al cabo, yo era su mamá) y soplé un poco, para que mi pedo la siguiera por todo el andén. entonces le pasó lo mismo que al del bar. como cada vez que aspiraba el cigarrillo, mi pedo se la debía de colar hasta el pulmón también, decidió apagar el cigarro. así que mi vi que mi plan funcionaba.

como tirarse pedos no lo prohiben en ninguna parte, ni siquiera en los hospitales y, además, no tienes que pagar impuestos, he decidido que voy a decirle a todo el mundo que siga el lema: "un cigarrillo, un pedo", a ver si así paramos el cambio climático ese que dicen en los telediarios.

¡suerte, y que los gases nobles os protejan de los malvados! ¡y a vuestra salud, herman@s pedorr@s!