qUïEro Un hErmAniTo nËGro

pero ya. y se lo he dicho a mamá. y mamá me ha dicho, tan normal, que se lo diga a mi padre. y mi padre ha levantado la cabeza del ordenador y me ha dicho que me vaya a... a eso, la caca pero dicho en plan de mayores.

así que he decidido pedírselo a los reyes magos, que ya falta poco. y, además, quiero un hermanito negro. que juegue conmigo y me haga caso. que esto de no tener hermanos es un rollo.

así que se lo he dicho al abuelo, que lo voy a poner en la carta de los reyes magos, a ver qué le parece. y el abuelo me ha dicho algo que no he entendido muy bien. primero se ha reído tanto, que se ha puesto superrojo y parecía que la vena le iba a estallar como cuando saltan las cuerdas de la guitarra de papá, esa que está detrás de la puerta que le regalaron con el método CEAC de "aprende a tocar la guitarra con tres dedos".


después ha dicho que sí, que seguro que si me lo traen los reyes magos, hay un tercio de posibilidades de que sea negro, o al menos mulatito. la abuela, que estaba leyendo el "Hola" ha dicho que era un bestia y que no le dijera a la niña, o sea, a mí, esas cosas.

como no me ha quedado muy claro, le he dicho a mamá que el abuelo ha dicho, que los reyes magos me van a traer un tercio de posibilidades de hermanitos negros, que si era verdad. mamá se ha enfadado mucho, en vez de contestarme. ha cogido, y le ha armado bronca al abuelo, le ha llamado animal, y le ha dicho que ya estaba bien de liarla, que los asilos estaban muy de moda, y que si quería probar uno de esos.

y entonces se ha montado una buena. la abuela se ha santiguado y se ha puesto a llorar. el abuelo a empezado a decir cosas feas de dios y a decir que cría cuervos, que ahora mismo recogía sus cosas y se iba. y mamá ha dicho que muy bien, que a ver cuánto duraba, que si le iban a ayudar todos esos borrachos del bar con los que siempre se juntaba. y la abuela no hacía más que decir "por dios, por dios, aydiosmíodemivida, por dios, por dios, aydiosmíodemivida". el abuelo había cogido ya el bastón, y el abrigo, cuando apareció papá armado con cinta aislante y unas tijeras. se plantó en medio del salón, y gritando más alto que ninguno (aunque todavía se oían los pordioses de la abuela) dijo que al próximo que dijera sandeces iba a terminar con la cinta aislante hasta el día siguiente.

entonces todo el mundo se calló. mamá se fue a la habitación a llorar junto con la abuela, el abuelo se fue a la calle pegando un portazo y papá se quedó en el sofá mirando los reflejos de la bombilla en la cinta aislante.

y todo sólo porque quiero un hermanito negro.