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papá y mamá decidieron el otro día darle una sorpresa a la abuela y, de paso, pensaron que todos nos teníamos que culturizar un poco más, que parece ser que ver doraemon no es cultura, y ver IT Crowd sí (mamá y papá siempre me dicen que todo lo que ellos ven es cultura, no basura). si no fueran tan mayores, seguro que no decían tantas tonterías.

así que compraron entradas para todos para ver el El Lago de los Cisnes. esto es una danza de ballet con tutús y todo, como las de verdad. y además, la danza esa cuenta una historia. aunque te la tienes que leer primero para ver de qué va, porque si no, no te enteras con tanto salto y piernas de un lado a otro. así que resulta que te sabes el final antes de que aparezca en la obra. es un poco raro. bueno, el argumento es como la peli de La Princesa Cisne, así que si la quieres ver sin que te destripen el final, no vayas a ver el ballet este primero. porque de lo único de lo que te enteras bien es del final.

mamá se puso un vestido que a papá no le gusta nada, porque parece un flotador con patas, pero que ella se lo pone cuando quiere ir elegante. la abuela se puso todas las joyas, porque dice que al ballet la gente seguro que va muy puesta. y yo me libré por los pelos del vestido con pololos. papá y el abuelo se pusieron su camisa y sus pantalones de siempre. bueno, el abuelo se echó medio frasco de colonia floïd, porque decía que había oído que allí había buenas mozas, y había que estar presentable, no sea que cayera alguna.

no sentamos, y a mí me tocó delante a una señora con el pelo de escarola y no veía, así que papá me cambió el sitio. cuando se abrió el telón, todo era muy bonito, y los bailarines y las bailarinas iban con unos trajes muy lujosos. pero los bailarines, en vez de ir con pantalones o mallas, llevaban unas medias muy ajustadas, que se les veían todos los músculos y cómo se movían cuando andaban. yo creo que si se tiran una ventosidad, con perdón, se les ve antes de que se huela. y tenían un bulto enorme entre las piernas. yo creo que era el pito, pero era muy grande en todos, aunque había distintos tamaños. la abuela, al verlo, dijo "uy, qué horror" y se tapó los ojos. mamá le intentaba quitar las manos de la cara, y le preguntaba que qué la pasaba. y la abuela dijo que eso era una indecencia, que qué clase de baile era ese, que los hombres iban medio desnudos.

la gente de alrededor empezó a decir "chsssssst" muy fuerte, y mamá no sabía dónde meterse. la abuela se tiró un montón de tiempo con las manos en la cara. pero yo la veía que abría los ojos y miraba por entre los huecos de los dedos. luego empezó a bajar las manos y a mirar. la verdad es que los bailarines impresionaban un poco, porque parecía que llevaban una sandía en la entrepierna.

todos siguieron saltando por aquí y por allá, en plan elegante. yo me estaba mareando un poco entre la colonia del abuelo, las babas que se le estaban empezando a caer a la abuela, y un olor fétido que no sé si era de papá o de mamá.

cuando terminó, papá dijo que menos mal que se había acabado el charco de los pollos. mamá le miró así, de manera fulminante, y dijo que iba a maleducar a la niña (o sea, yo), que el ballet ruso era uno de los mejores del mundo y que se llamaba el lago de los cisnes. el abuelo se metió en la conversación, y dijo que vaya nombre, que mi padre tenía razón, y que debería llamarse el charco de las pollas, en todo caso, que era lo único que se veía, porque las mozas estaban un poco escuchimizadas.

la abuela miró hacia abajo, dijo muy bajito "jesús", y se santiguó. yo creo que se puso roja. pero, claro, con tantas arrugas esas cosas no se ven bien.

yo no me he enterado muy bien de cuál era la gracia. a mí me gustó cómo saltaban todos y las cosas que hacían, aunque tuviera que aprenderme primero el argumento.

de todas maneras, sigo pensando que doraemon es cultura también.

besos babosos