domingo, 16 de agosto de 2009

eL sUceSô dE Unà nÖchE dE vEraNÖ

pues resulta que claro, ya lo sabéis todos, que vivo en una urba, y vivimos todos en casitas, cada uno con su casita. no en una casa alta con muchos pisos, donde vive mucha gente ahí metida.

algunos de la guarde me dicen que soy una pija por eso, pero a mí me da igual, y yo les digo a ellos que son como los del cantajuego, que son unos alimochos porque ni siquiera tienen ropa para cambiarse.

el caso es que ayer hacía mucho calor, y papá y el abuelo querían poner el aire acondicionado, y mamá no porque decía que le daba dolor de cabeza, y la abuela porque decía que le dolían los huesos. aunque realmente eso les duele también sin el aire, pero entonces se quejan un poquito para que les hagan mimos o les dejen en paz, y ya está, ya no se vuelven a acordar.

así que, claro, no encendimos el aire, y el abuelo abrió las ventanas, para que corriera el fresco, como dice él, y nos quedamos todos en el salón viendo la tele, menos la abuela, que se fue a dormir, papá, que se fue al ordenador, y humphrey, que da igual donde esté, siempre se queda frito en la jaula cuando es de noche. bueno, y mamá, cuando ve la tele, también.

el abuelo lo puso en una peli rollo, de esas antiguas de vaqueros, y yo me puse a verla con él para que me hiciera mimos. y apagamos la luz, porque papá dice que gasta y da calor.

así que los vaqueros buenos ya habían tratado con los indios salvajes y habían escupido al vaquero malo y ligado con la mujer guapa, cuando de repente empezó a oler fatal. y yo, claro, le miré al abuelo muy enfadada, y le dije que ya estaba bien, que se había pasado, y que ya no quería ver más película con él.

pero el abuelo me dijo que qué decía, niña, que él no había sido. y le miré, y tenía razón, porque cuando él ha sido y miente, siempre se le tuerce una ceja, como si fuera zapatero. y esta vez, la ceja estaba peluda, pero no se movía. así que no había sido el abuelo.

pero olía muy mal, y mamá tampoco era, porque no venía del sillón donde ella estaba. así que me levanté, y con un poco de asco, me puse a seguir el olor para ver de dónde venía. así que seguí el pasillo, y del cuarto del ordenador de papá tampoco venía. y del cuarto de la abuela tampoco, porque estaba arriba, y no hubiera llegado.

hasta que llegué a la cocina... ¡era allí! me empecé a enfadar, porque un pedo en la cocina es lo peor, porque se mezcla donde se hace la comida con algo guarro, es como hacer un pollo asado en la taza del váter. puagh, qué asco. así que me estaba poniendo tan enfadada, que seguro que de un momento a otro iba a cambiar de estado como los gormiti, y entonces se iba a cagar el pedorro capestón de turno.

vi un bulto agachado al lado de la nevera, así que cogí mi pistola de guerrera de hannah montana, encendí la luz de la cocina (que ilumina que no veas, parece que es de día de repente, papá se pasó poniendo luces en el techo), y grité muy fuerte "¡te pillé, pedorro maldito!"

pero el bulto, en vez de asustarse o algo, dijo muy bajito: "aaayyyy". y me acerqué al bulto, y resulta que era un hombre, vestido de negro, que llevaba una mochila donde había metido un montón de cosas de nuestra casa; había cogido los marcos de plata, el ipod de mamá, la dentadura con diente de oro de la abuela... un montón de cosas.

así que entonces ya sí que cambié de estado y me terminé de enfadar, y le empecé a dar en la cabeza con las patatas que había por ahí cerca, gritando "¡toma, toma, encima de pedorro, ladrón, toma!". las patatas no le debían hacer mucho efecto, porque seguía sin decir ni mu, pero era curioso ver cómo rebotaban las patatas en su cabeza sin romperse (ni la patata ni la cabeza).

claro, con los gritos, vino todo el mundo corriendo. menos la abuela, que sin el audífono no se entera de nada, y humphrey, que no sabe abrir solo la puerta de la jaula. y papá, que tenía que hacer de hombre de la casa, cogió muy serio, y le preguntó que quién era, y qué hacía allí en casa.

el bulto, volvió a decir muy bajito: "aaayyyyy", y todo el mundo se quedó callado esperando a ver si decía algo más (mamá mientras estaba llamando a la policía). así que el hombre, como si supiera que todo el mundo dependía de él, dijo después de un rato (muy bajito): "ayyyy, por favooooor, llamen a un taaaaxi, que estoy muy maliiiiiitoooooo."

el abuelo se puso a decir que eso era el colmo, que hay que ver, y que un buen palo le daba él para que viera si estaba malito o no. pero mamá dijo que no, que pobre hombre, que al menos no llevaba pistola ni nada, y que ya no quedaban ladrones honrados. papá, que estaba a punto también de cambiar de estado como los gormitis, cogió al hombre del jersey, lo levantó, y lo llevó afuera.

y entonces supimos por qué olía tan mal, y es que el hombre se había hecho caca encima y fue dejando un rastro un poco asqueroso. mientras venía la policía, el hombre le contó a mi padre que era la primera vez que robaba, que en realidad trabajaba en una oficina despegando fotos de los currículums que llegaban, que de pequeño era fan de lupin III, y que era su vocación frustrada ser como él, y que esa noche, había decidido que por fin, cumpliría su sueño. así que se tomó un vaso entero de nesquik de un trago, vio las ventanas de nuestra casa abiertas, decidió entrar y por eso cayó aquí.

lo que pasa es que justo cuando había conseguido entrar en nuestra casa, ya no pudo aguantar los nervios, y le empezó a doler mucho la tripa, y claro, lo demás ya lo olemos. los marcos de plata pensaba dárselos a su madre, el ipod a su sobrina, y la dentadura de la abuela le hizo gracia y por eso la cogió. cuando después de un ratito llegó la policía, se llevaron al hombre, que iba pidiéndonos perdón, y que nos daba las gracias por ser tan buenos y tan amables.


no sé qué pasaría luego, pero esta mañana nos ha llegado una colección de "dedales del mundo" y un ramo de flores de plástico, con una tarjeta, al parecer del ladrón, en la que nos daba las gracias.

qué cosas más raras pasan en las noches de verano.

besos babosos.

3 cosas que dice la gente:

Miriri dijo...

Los robos en chalets y en verano son bastante habituales, aunque no tanto con sus habitantes dentro... Pero, claro, para eso era un pobre ladrón frustrado!

Anónimo dijo...

Ala pobre ladrón encima de estar malito tubo que recibir una paliza de chupetina pobre y no os metais con los pedorros que soy uno y no veas eso del ladron a mi me ha pasado muchas veces por culpa de comer comida basura me tiro unos pedos... muchas veces me e empachado tanto k me e llegado a cagar encima del pedo :S
Bueno y sin comida basura tambien me tiro pero son por que me da gusto
Que valiente fuiste con el ladrón (l) te quiero chupetina besos de arturo.

Sex Shop dijo...

Muy buenooooo!!!!!